10/5/2021
OSASUN PUBLIKOA AURRERA
Somos trabajadores y trabajadoras, usuarios y usuarias de los servicios públicos vinculados a nuestra salud, ya sea en el espacio estrictamente sanitario y/o socio sanitario. Somos personas que ya antes de la pandemia observábamos con preocupación las consecuencias de los recortes derivados de la anterior crisis, lo veíamos como trabajadoras y lo veíamos como usuarias.
Hace poco más de un año, mientras Araba encajaba el golpe recibido por una pandemia que se cebó en sus inicios con el territorio y que nos colocó en el centro del huracán durante los primeros meses de incidencia del coronavirus, llegando a ser un punto caliente de importancia en toda Europa, reflexionábamos sobre cómo saldríamos de semejante situación.
Desde aquí y como sanitarias no podemos más que recordar un hecho de suma importancia en aquellas fechas y fue la determinación de los hosteleros del casco viejo de cerrar de manera voluntaria sus negocios y de comités de empresa muy importantes del sector industrial de parar la producción. Aquellas decisiones tan necesarias estaban siendo pospuestas por dirigentes políticos que aún pensaban en otras cosas que no era en la salud de todos esos trabajadores, sus familias y toda la población.
La región entera tomó conciencia de que la sanidad pública. es quien enfrenta situaciones como las vividas en el año 2020, al mismo tiempo que asistía a una crisis sanitaria sin precedentes donde los medios para hacerla frente eran muy escasos La situación sumamente débil de la atención primaria, imposibilitó una respuesta rápida y efectiva.
La situación vivida en las residencias de ancianos dejó en evidencia la inexistencia de un tejido y una coordinación socio sanitaria en Araba para hacer frente a esta y otras muchas situaciones. El panorama en las residencias fue desolador, en muchos casos dándose situaciones que rozaban lo inmoral, impropio de cualquier institución encargada de velar por nuestra integridad física y mental.
Los problemas eran previos a la pandemia, eso ya nadie lo pone en duda, y que aquellos problemas cuya solución se estaba imposibilitando desde las instituciones, se han agravado y el deterioro de la asistencia se ha acelerado. La pandemia ha sido un catalizador de las políticas de recortes que diferentes gobiernos han implementado.
El debilitamiento de la atención primaria, el cierre del PAC de San Martín, la privatización de las residencias, y de servicios de suma importancia en Osakidetza, la muy avanzada privatización de los servicios vinculados a la salud mental en Araba, la inexistencia de estrategia socio sanitaria más allá de documentos escritos que no se cumplen, son solo ejemplos de que la situación previa a la pandemia, no era buena, y sin duda, la respuesta que se dio a la pandemia, estuvo condicionada e hipotecada desde un inicio.
Pasamos el confinamiento más duro aplaudiendo en las ventanas a quienes no se ponían de perfil ante un reto de semejantes dimensiones, vimos como la sanidad privada se puso de perfil en aquellos duros momentos y vemos cómo ahora tras el terremoto que ha supuesto la pandemia, se erige en solución para el colapso que sufren los servicios públicos y aumenta su nicho de negocio con un aumento de contratación de seguros privados sin precedentes y abanderando la “colaboración público-privada”.
Nos auto convencíamos entre aplausos y canciones en los balcones de que íbamos a salir mejores de este trance, y aún no hemos salido, pero debemos prepararnos para que la senda de la recuperación no esté supeditada a la perdida de niveles de salud en el territorio. No saldremos mejor haciendo lo mismo, la salud en Araba, a día de hoy, necesita un empuje y una defensa decidida por parte de las personas que aquí vivimos. Si queremos salir mejor que como entramos, es necesaria la movilización y la toma de conciencia sobre los problemas generados por políticas cortoplacistas, privatizaciones, falta de inversión.
De ahí el nacimiento de esta plataforma, que en las últimas semanas se ha dedicado a buscar adhesiones a nuestro manifiesto fundacional entre el tejido asociativo de Araba, que recoge un análisis de la situación cuyos puntos son los siguientes:
-La situación previa a la pandemia era de debilidad tras años de recortes
-La atención primaria ha sido la gran víctima de las políticas austericidas y del hospital centrismo que atraviesa todas las políticas de inversión de Osakidetza. Es de necesidad urgente reconstruir la atención primaria en vez de convertirla en un consultorio telefónico.
-La salud mental es un espacio al que se está renunciando, fragmentándolo y privatizándolo al mejor postor, hoy tras meses de alteración en las relaciones entre las personas y con nuestro entorno, tomamos consciencia de las grandísimas carencias que sufren los servicios encargados de ayudarnos psicológicamente a superar esta situación, tras la aparición de nuevos pacientes y el recrudecimiento de muchas patologías ya diagnosticadas.
-Las privatizaciones están haciendo de los servicios públicos vinculados a nuestra salud un queso Gruyere, privatizando los sectores más rentables económicamente y precarizándolos. Las amplias listas de espera sirven de coartada perfecta para derivar infinidad de tratamientos a la privada pero no para fortalecer el sistema público.
-En el espacio socio sanitario y la coordinación con el mismo, ha quedado patente que no hay control público sobre el mismo, las privatizaciones de residencias y los diferentes “convenios de colaboración” han servido para que las instituciones públicas se desentiendan de la situación de muchos de nuestros vecinos y vecinas mayores.
El manifiesto seguirá recibiendo adhesiones hasta el día 22 que saldremos a la calle para mandar un mensaje claro a las instituciones, la sociedad alavesa exige un cambio en la gestión de los recursos dirigidos a cuidar la salud y el bienestar de los y las alavesas, saldremos a la calle desde el convencimiento de que no vamos a salir mejor de esta pandemia haciendo lo mismo que antes de la misma, saldremos a la calle transformando aquellos aplausos llenos de temor, pero también de ilusión en una marea que frene las políticas cortoplacistas que se llevan implementando desde hace más de una década en los servicios públicos vinculados con la salud de los y las alavesas.
El día 22 de mayo a las 18:00 partirá la manifestación desde la plaza Bilbao, haremos público el diseño de la misma, la próxima semana para garantizar las medidas sanitarias y alentar a participar a todas las personas usuarias que quieran, sin miedo a un posible contagio.
Gure osasunarekin lotutako zerbitzu publikoetako langileak eta erabiltzaileak gara, osasun-arloan eta eremu soziosanitarioan jarduten dugunak hain zuzen ere. Pandemia baino lehen ere, aurreko krisiak utzitako murrizketen ondorioak kezkaz ikusten genituen pertsonak gara; langile gisa ikusten genuen eta baita erabiltzaile gisa ere.
Duela urtebete pasatxo, Araba pandemiak emandako astindua nola kokatu ez zekiela, halako egoeratik nola aterako ginen hausnartzen ari ginen (kontuan hartu behar da, lehenengo hilabeteetan urakanaren erdian jarri gintuela egoerak, Europa mailan puntu bero garrantzitsua izatera iritsiz).
Hemendik eta osasun-langile bezala, ezin dugu ahaztu garai hartan alde zaharreko ostalariek beren negozioak borondatez ixteko hartu zuten erabaki garrantzitsua, ezta industria-sektoreko enpresa-batzorde garrantzitsuek ekoizpena gelditzeko hartu zuten erabakia. Agintari politikoak, hain beharrezkoak ziren erabaki horiek atzeratzen zihoazen, langile horien, haien familien eta herritar guztien osasunaz bestelako gauzetan pentsatzen baitzuten oraindik.
Eskualde osoa jabetu zen osasun publikoa dela 2020ko urtean bizi izandako egoerari edo horren antzekoei aurre egin behar diena eta aurrekaririk gabeko osasun-krisi bati aurre egiten zion bitartean, horretarako zeuden baliabideak oso urriak zirela ere. Lehen mailako arretaren egoera ahulak, erantzun azkar eta eraginkorra ematea eragotzi zuen.
Zaharren egoitzetan bizi izandako egoerak agerian utzi du Araban ez dagoela egoera honi zein beste askori aurre egiteko sare ezta koordinazio soziosanitariorik. Egoitzen egoera negargarria izan zen, kasu askotan egoera moralitate ezatik oso hurbil geratzen zelarik, gure osotasun fisiko zein mentala zaintzeko ardura duen edozein erakundek ezingo lukeena onartu.
Arazoak pandemiaren aurrekoak zirela, larriagotu direla eurentzat bideratutako konponbideak instituzioetatik eragozten zituzten arazoak edota osasun asistentziaren narriadura bizkortu egin dela inork ez du zalantzatan jartzen jada. Pandemia hainbat gobernuk ezarri dituzten murrizketa-politiken katalizatzaile bat besterik ez da izan.
Lehen mailako arretaren ahultzea, San Martingo EAG ixtea, egoitzen eta Osakidetzako garrantzi handiko zerbitzuen pribatizazioa, Arabako osasun mentalarekin lotutako zerbitzuen abiadura handian doan pribatizazioa, idatzizko dokumentuetatik haratago ez doan estrategia soziosanitarioaren existentzia, pandemiaren aurreko egoera ona ez zela erakusten duten adibideak baino ez dira, eta, zalantzarik gabe, pandemiari eman zitzaion erantzuna, hasieratik baldintzatua egon zela argi geratu da.
Konfinamenduaren garairik gogorrena, egoerak zekartzan erronkari, aurrez begiratu ziotenei txalo eginez pasa genuen; ikusi genuen ere osasun pribatuak ezikusiarena egiten zuela, hain zuzen ere, pandemiaren lurrikarak osasun publikoan sortutako kolapsoaren aurrean konponbidetzat hartzen den berdina. Osasun pribatua da aseguru pribatuen kontratazioa areagotuz bere negozioaren dimentsioak areagotzen dituena, edota publiko-pribatuaren arteko lankidetzaren aitzindaria izan nahi duena.
Balkoietan emandako txalo eta kantuen artean, trantze egoera honetatik hobeto aterako ginelaren ustea geneukan; oraindik ez gara egoeratik atera, baina prest egon beharko gara susperraldiaren bidea lurraldeko osasun mailaren galerarekin baldintzatua egon ez dadin. Ez gara hobeto aterako aurretik egiten ziren gauza berdinak eginez. Arabako osasunak, gaur egun, hemen bizi garenon bultzada eta defentsa irmoa behar ditu. Egoera honetatik sartu ginena baino hobeto atera nahi badugu, ezinbestekotzat jotzen dugu bai jendartearen mobilizazioa, zein epe motzeko politikek, pribatizazioek eta inbertsio ezak sortzen dituzten arazoen kontzientzia hartzea.
Horregatik sortu da plataforma hau, azken asteetan Arabako elkarte sarean gure sorrerako manifestuarekin atxikimenduak bilatzen aritu dena; bertan, egoeraren azterketa bat jasotzen da, eta puntu hauek jasotzen ditu:
-Pandemiaren aurreko egoera ahula zen jada, urteetan zehar egindako murrizketen ondorioz.
- Osakidetzaren inbertsio-politika guztiak zeharkatzen dituen politika austerizidaren eta ospitale-zentrismoaren biktima nagusia Lehen mailako arreta izan da. Premiazkoa da lehen mailako arreta berreraikitzea, telefono-kontsultategi bihurtu ordez.
- Osasun mentala uko egiten zaion eta zatikatzen ari den espazioa da. Pertsonen arteko eta gure inguruarekiko harremanak hankaz gora hainbat hilabete daramatzatenean, egoera hau psikologikoki gainditzen lagundu ahal gaituen zerbitzuak pairatzen dituen gabezia handietaz jabetzen gara, paziente berriak agertu eta jada diagnostikatutako patologia asko areagotu direlarik.
- Pribatizazioek gure osasunari lotutako zerbitzu publikoei Gruyere gaztaren forma ari dira ematen, ekonomikoki errentagarrienak diren sektoreak pribatizatuz eta prekarizatuz. Itxaron-zerrenda zabalak aitzaki ezin hobea dira tratamendu asko eremu pribatura bideratzeko, ez aldiz, sistema publikoa indartzeko.
- Eremu soziosanitarioan eta harekiko koordinazioan, argi geratu da ez dagoela euren gaineko kontrol publikorik; egoitzen pribatizazioek eta "lankidetza-hitzarmenek", erakunde publikoek gure adineko bizilagun askoren egoeraren ardura alde batera uzteko balio izan dute.
Manifestu honek atxikimenduak jasotzen jarraituko du hilak 22ra arte, erakundeei mezu argia bidaltzeko baliatuko dugun egunera arte, hain zuzen ere. Arabako gizarteak arabarren osasuna eta ongizatea bermatzeko bideratutako baliabideen kudeaketan aldaketa eskatuko du. Kalera aterako gara ziur baikaude ez garela pandemia honetatik hobeto aterako pandemiaren aurretik egiten ziren gauza berdinak eginez. Beldurrez beterik zeuden, baino era berean, ilusioa transmititzen zuten txaloak, osasun zerbitzuetan hamarkada bat baino gehiagotik aplikatzen ari diren epe motzeko politikak geldituko dituen uholdean bilakatuko ditugu.
Maiatzaren 22an, arratsaldeko 18:00etan, Bilbo plazatik abiatuko da manifestazioa. Datorren astean argitaratuko dugu bere diseinua, osasun-neurriak bermatu eta parte hartu nahi duten erabiltzaile guztiak, kutsatzeko beldurrik gabe egin dezaten.